Estos poemas que la mayoría están publicados en mis anteriores publicaciones, son escritos a la vida, al sentimiento y al medioambiente.
LA VIDA.... 25/6/2004.
Porque la vida
es mar que sabe a tierra,
es aire, es gota y sonrisa,
es ilusión preñada,
es todo y es nada.
Porque la vida...
Te sale de dentro,
te lleva amor al corazón,
te inunda la mirada con su caricia
y te detiene de pronto y te deja perdida.
Porque la vida...
Te gana, si tu la pierdes
y la reencuentras en una esquina cualquiera.
Porque te irrumpe con sus sin sabores.
Porque la vida...
Todo lo puede y es todo fuerza.
Porque si tu quieres,
te llena con intensidad la mano,
de sueños y quereres.
Porque late deprisa y tú,
ya no la sientes.
Y ves que se escapa
y soplas, como queriendo detenerla,
y nada comprendes.
Porque se esfuma entre los dedos,
nuestra vida.
Porque, a penas nacemos
y ya la hemos vivido.
Y damos unos pasos y caemos,
nos damos la vuelta
y nuestro sitio puede ser cualquiera.
Pueda ser la vida,
el pájaro, la nube,
la estrella aun sin formar,
que corretea y es sentida.
Pueda ser la vida...
Grandeza, pureza y viento,
arcoiris, aunque duela de mismo dolor o de amor.
Porque la vida...
Es deseo efímero,
que te empuja a ganar
y alguna vez sin quererlo, no te olvida.
Rosa Mª González Álvarez.
NINFAS
Decídme, pues...
Dulces ninfas del bosque.
¿Dónde encontrar la paz de la humanidad?.
Mostrádme vos, ese puente,
cual el viento se mezcle
y su aroma impacte sobre ser viviente,
más no desmorone todo fruto presente,
ni se desplace como ceniza,
a un lugar diferente.
Lograd hallar en los silvidos
de una blanca luna azarada,
el Don, como duendes ya enrrabiados y aturdidos.
Más puedan empuñar las palabras en sus libros.
No rompan en sus pechos,
las lanzas que los atraviesan como loco veneno,
por las noches enfurecidos.
Venid conmigo hadas,
a comvertir lo tristemente oscurecido.
Frotando vuestras alas,
para poder sentir, la pronta vuelta,
de cuanto en los humanos se encontraba perdido.
Rosa Mª González Álvarez. (25/05/2001).
NADA HAY QUE TEMER...
Nada hay que temer...
ni en la vida, ni en la muerte.
Nos topamos con charcos inmensos,
nos agotamos ante tanta adversidad;
pero aún en la oscuridad más funebre,
entre las tormentas enviadas de los infiernos,
hallaremos entre las nubes, cuantiosa luz celeste.
Nada hay que temer...
Cuando no quedan fuerzas,
cuando tu mundo parece haberse parado,
cuando mengüen las estrellas
y el cielo se vea apagado.
Todo renacerá igual que un vendabal o maremoto,
y lo gris, cambiará a verde acrisolado.
Otra parte, traerá el explendor marrón y dorado
de los grandes montes y collados.
Las aves, se mezclaran con almas angélicas
y entre ellos, plantarán el tierno y bello amor arrebatado.
Y ya nada más hay que temer...
Tan solo a uno.
El más cruel, el más víl, homicida, sacrilego y descabellado.
El ser humano. 13/05/2006.
Rosa Mª González Álvarez.
MADURAR UN PENSAMIENTO
Cada día madura un pensamiente
y cada amanecer vuelve a ser distinto.
Intentamos plasmar
todo aquello que sentimos, hacemos y decímos,
para llegar a entender como fuímos,
porque somos y canalizarlo no supímos.
Intuimos situaciones,
diversificamos en otros sus actuaciones,
dando lugar a un concepto arduo, de nuestras observaciones.
Demostrando que cada tiempo,
recalifica, todas las anteriores.
Remontamos erosiones de nuestro camino,
deploramos continuos cambios en nuestro destino
y concluimos nuestra historia,
comprendiendo, que ningún pensamiento es definitivo.
Rosa Mª González Álvarez.
